Mi secreto es escuchar, observar y entender qué necesita cada persona y cada espacio. Cada rincón cuenta una historia única, y mi trabajo consiste en ayudar a contarla con luz, color, texturas y equilibrio.
Gracias a mi formación artística, cuido especialmente los detalles, las proporciones y la armonía visual. Pero también me importa que todo funcione bien, que los espacios sean cómodos, vividos y pensados para el día a día.
Un interior que se siente. Que emociona. Que habla de ti.
															
															La decoración debe contar una historia, y cada pieza tiene que tener un significado real.
En cada proyecto, estudio el espacio, las necesidades y la personalidad de quien lo habitará, creando un diseño hecho a medida, fiel a cada estilo de vida.